Las Santas Escrituras son la palabra de Dios que se nos ha dado para nuestra salvación. Las Escrituras son de importancia primordial para recibir un testimonio de Jesucristo y de Su Evangelio. Las Escrituras que Dios nos ha dado en estos últimos días son: El Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio. Esos sagrados registros dan testimonio del Salvador y nos conducen hacia Él. Por esa razón, grandes profetas, como Enós, rogaron con fe al Señor que preservara sus escritos.
La Biblia es una recopilación de textos que en un principio eran documentos separados (llamados libros), escritos primero en hebreo, arameo y griego durante un periodo muy dilatado y después reunidos para formar el Tanaj (Antiguo Testamento para los cristianos) y luego el Nuevo Testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana. En sí, los textos que componen la Biblia fueron escritos a lo largo de aproximadamente 1000 años (entre el 900 a. C. y el 100 d. C.). os textos más antiguos se encuentran en el Libro de los Jueces (Canto de Débora) y en las denominadas fuentes E (tradición elohísta) y J (tradición yahvista) de la Torá (llamada Pentateuco por los cristianos), que son datadas en la época de los dos reinos (siglos X a VIII a. C.). El libro completo más antiguo, el de Oseas es también de la misma época. El pueblo judío identifica a la Biblia con el Tanaj, no consintiendo bajo ningún concepto el término Antiguo Testamento y no acepta la validez del llamado Nuevo Testamento, reconociéndose mo texto sagrado únicamente al Tanaj.
El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo es uno de cuatro libros anónicos aceptados por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos as, la Comunidad de Cristo y otras ramas del movimiento de los Santos de los ltimos Días. l libro mismo dice ser una traducción de los escritos de hombres santos de la antigua América escrito en una forma similar a la Biblia. Toma su nombre de uno de los últimos de los profetas que, de acuerdo al libro, escribieron en él, Mormón, quien alrededor del 390 d.C. habría resumido en un compendio varios escritos y archivos dando alcance a 2500 años de
El Profeta José Smith no sólo tradujo el Libro de Mormón, sino tambi én compiló
revelaciones que él recibió de Dios. La mayor parte de estas revelaciones se
encuentra en dos libros de escritura: Doctrina y Convenios, y La Perla de Gran Precio.
El libro de Doctrina y Convenios es una obra única de la Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los últimos Días. Su propósito principal es de instruir a los miembros y
líderes de la Iglesia de la manera correcta de organizar y dirigir la Iglesia, para
que esté en armonía con el reino de Cristo. Contiene también muchas revelaciones de
doctrinas importantes. La mayor parte de las revelaciones fueron recibidas por el
Profeta José Smith. Las secciones restantes (inclusive 2 declaraciones) fueron
recibidas y escritas por otros líderes de la Iglesia Mormona.
La mayoría de los pasajes en el libro de Doctrina y Convenios tienen un sentido
histórico y específico porque son las respuestas a oraciones específicas. Muchas
secciones fueron el resultado de una oración por un miembro específico.
Las respuestas y enseñanzas se pueden aplicar universalmente, y esto hace que las
revelaciones contenidas en Doctrina y Convenios todavía sean pertinentes hoy en día.
Estas revelaciones son reconocidas por los miembros de la Iglesia Mormona como
"la voluntad del señor… la intención del Señor...la palabra del Señor…la voz del
Señor y el poder de Dios para
La Perla de Gran Precio es un libro sagrado de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días. Contiene una selección de materias o temas de gran valor que se relacionan con muchos aspectos importantes de la fe y de la doctrina de la iglesia. El profeta Joseph Smith preparó estos temas y se publicaron en los periódicos de la Iglesia en su época.
Una de las funciones básicas de un profeta es ser revelador, Amos dijo
“Porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos
los profetas” (Amós 3:7). A José Smith se le dijo que “he aquí, éste es el
espíritu de revelación; he aquí, es el espíritu mediante el cual Moisés condujo
a los hijos de Israel a través del Mar Rojo sobre tierra seca” (D&C 8:3).
Por tanto Moisés fue un revelador al recibir revelación para conducir a Israel
fuera de Egipto hacia la tierra prometida. Muy similar a Lehi, que con el mismo
espíritu y ayudado por la Liahona condujo a su familia hasta la tierra prometida.
Esto ayudó a conducir a la familia por los parajes más fértiles del desierto,
además trabajaba según la fe, diligencia y atención que le daban (1 Nefi 16:16, 28).
Tenía una escritura que cambiaba de cuando en cuando, enseñando la forma en que
viene la revelación.
Así como Moisés y Lehi condujeron a sus grupos por el desierto, José condujo a la
Iglesia fuera del desierto en el que se encontraba hacia una tierra prometida.
“Satanás, se sienta para reinar; he aquí, éste siembra la cizaña; por tanto,
la cizaña ahoga el trigo y hace huir a la iglesia al desierto” (D&C 86:3),
pero José es llamado a revertir esto, “y a ningún otro concederé este poder,
de recibir este mismo testimonio entre los de esta generación, en esta época
en que comienza a surgir mi iglesia y a salir del desierto, clara como la luna,
resplandeciente como el sol e imponente como un ejército con sus pendones”
(D&C 5:14). Este símbolo de la Liahona representa a José sacando a la Iglesia
del desierto para conducirla por los parajes más fértiles hacia Sión.